Home office
Cambiar el horario tradicional de ocho horas; de nueve a cinco o seis de la tarde, no regresar a las oficinas y reducir el número de días en la semana laboral, son algunos de los deseos expresados por los trabajadores encuestados.
La pandemia nos ha obligado a migrar a un trabajo más flexible, pero ser flexible no solo significa hacer home office, el concepto va más allá, es toda una estrategia laboral que debe empezar con líderes flexibles, pero ¿cómo convertirse en uno?
Cerca de 65% tiene más responsabilidades de cuidado y deberes de la casa que antes de la pandemia
La mayoría de los empleadores no están seguros de cómo el trabajo remoto y el trabajo híbrido (ir a la oficina unos días a la semana) resultarán a largo plazo, según el Informe sobre el Futuro de los Empleos.
La generación Millennial es la menos positiva de esta idea, sobre todo aquellos que son padres. Su preocupación radica en que pueden perder la flexibilidad que han ganado y quieren asegurarse que los empleados enfermos se quede en casa.
Si bien este síndrome existía antes del Covid-19, ha sido en estos meses que se ha incrementado por el estrés en general, la sobrecarga de trabajo, el aislamiento, largas jornadas de trabajo y autoexigencia por querer controlar las actividades de trabajo y personales.
El 51% de las empresas que proporcionan servicios de cuidados a su plantilla ha incrementado su productividad
Hoy entró en vigor en España el decreto que fija la necesidad de firmar un acuerdo con el empleado que vaya a trabajar a distancia más del 30% de la jornada semanal durante un periodo de tres meses y obliga al empresario a pagar los gastos en los que pueda incurrir el empleado.
Plantear la conciliación como un privilegio de aquellos que tienen hijos y no para aquellos que no tienen hijos podría ser perjudicial, lo cierto es una mala gestión puede provocar un conflicto interno y llevar al traste el clima laboral necesario para que todo funcione.
La crisis de la covid-19, el confinamiento obligado y el home office impuesto agravaron esta situación y han desencadenado un escenario de “tecnoestrés”.
